Relato del sismo de CDMX en septiembre

de 2017 con FACT24. 

por Dr. Armando Aguilar Hirata, especialista en protección civil y continuidad del negocio.

Es la una de la tarde y me encuentro en una reunión analizando las áreas de mejora del simulacro recién realizado, en una torre de 11 niveles con 2,000 personas en su interior. “Creo que hicimos buen tiempo”, dice uno de los participantes, “le recuerdo que el edificio es sismo resistente y que lo importante es la seguridad durante el proceso de evacuación, no la rapidez, al final durante un sismo como lo practicamos, antes de desalojar el edificio, debemos revisar…” 

De repente escuchamos un ruido sordo, potente como si algo muy grande hubiera caído. Lo siguiente fue el movimiento trepidatorio, en 40 años de experiencia en Ciudad de México, no había sentido este tipo de movimiento tan fuerte en ningún sismo. El edificio comenzó a moverse con las ondas “ondulatorias”, y seguidamente comenzamos a escuchar el sonido de la alerta sísmica casi justo cuando las ondas secundarias impactaron en la Ciudad de México. 

Justo en ese momento, nos dirigimos a la zona de menor riesgo y con alivio veo que los empleados de la organización hacen lo mismo, como lo hemos practicado decenas de veces. 

El movimiento termina y los brigadistas organizan e inician la evacuación del edificio, hacia los puntos de reunión externos.  Mientras, junto con el personal de mantenimiento, empezamos la revisión del edificio: cuarteaduras en el cubo de la escalera, separación de los muros de tablaroca (cartón yeso) que asemejan daños importantes para los ojos no entrenados. 

Escuchamos por el radio comunicador que todo el personal se encuentra a salvo en los puntos de reunión externos.  

Ahora si fue en serio” comenta uno de mis acompañantes, “aparentemente el edificio no tiene daños que pongan en peligro al personal”, le contesto, “que llamen al Ingeniero Civil para que revise a detalle”, le pido. 

“…gracias a FACT24 estuve en comunicación, dando instrucciones, coordinando diversos servicios de emergencia, voluntarios todos, como mis paramédicos…” Armando Aguilar.

Ahora era momento de tomar decisiones: “Que el personal se retire a sus casas”, “recuerden que posiblemente no habrá servicio de transporte público”, nadie sale solo en su vehículo, la solidaridad prevalece y todos los empleados son transportados…. 

A partir de ahí comenzaron mis preocupaciones. Recordé que mi esposa no estaba acostumbrada a los sismos, y solo deseaba que hubiera hecho lo que siempre le había recomendado, ¿estarán bien mis padres?, ¿mis hermanos?, ¿sobrinos?. 

Subo a la camioneta y prendo la radio, me vienen recuerdos del sismo de 1985.  

Uno de mis compromisos es dirigirme a la central de ambulancias de la policía y esperar que mis ambulancias voluntarias lleguen, para iniciar operaciones de emergencia. 

Trato de llamar por el teléfono móvil; imposible, sale el tono de “ocupado” y salta el buzón de voz.  Intento comunicarme por otra vía, a través de WhatsApp. Envío un mensaje pero nunca se envía. Las líneas están saturadas, y esta aplicación se ha caído, debido a la congestión.  

Recuerdo las conversaciones con mi amigo Juan Manuel Gil de F24: “Armando, nuestro servicio de mensajería es mejor que el que ocupas y es gratis”; sonrío y busco el “trust case”, envío un mensaje al jefe de guardia de mis ambulancias; “Iniciar el protocolo de sismo mayor”.  

“Espero que funcione”, digo para mis adentros. Y antes de lo que pensaba, me llega la respuesta: tenemos 4 unidades listas y las otras 6 en el transcurso de 2 horas, la 2 primeras ya están llegando a la base de rescate de policía”,  “en cuanto lleguen que se reporten con el Director y me avisen a donde las envían. Yo voy en camino”

En la radio de la camioneta, empiezan a mencionar edificios derrumbados, avenida Alvaro Obregón, cerca del parque España hay 2 edificios colapsados, en la colonia del valle hay otro, en calzada de Tlalpan de cayó un edificio recién construido, también un edificio multifamiliar de los años 60 y así otros. 

Entra un mensaje por el TrustCase, “se cayó el Tec de Monterrey, el director de rescate de policía está allá; nos enviaron a un colapso en la calle de Escocia en la colonia del Valle”.  

Me detengo en la zona de lomas de Chapultepec y  el tráfico está imposible, no se mueve, mejor coordino desde aquí; pensé. 

A partir de ese momento 14:45 y hasta las 21:00 en que se despejó un poco el tráfico, estuve, gracias a FACT24 en comunicación, dando instrucciones, coordinando con otros amigos, de diversos servicios de emergencia, voluntarios todos, como mis paramédicos.  

“Requiero de dos binomios (un hombre y su perro) de búsqueda para las calles Escocia y Gabriel Mancera”, le escribo al entrenador de un par de canes de búsqueda en escombros que patrocino. Éste me contesta “estamos ocupados en el colegio Rebsamen desde las 15:00, hay más de 50 niños atrapados”, “te envio dos ambulancias con personal “ le respondo. 

Fue una noche de sentimientos encontrados, por un lado, frustración, no hay coordinación, todo el mundo quiere ayudar pero no sabe cómo, falta de liderazgo central que priorizara y organizara como debió haber sido. Por el otro: la sorprendente solidaridad de los desconocidos, que brindan su trabajo y arriesgan la vida por gente que jamás han conocido. 

Entonces recuerdo una plática con el 2º al mando de la Secretaria de Protección Civil, recién tomó posesión, un buen hombre y excelente amigo:  “Mira, en caso de un sismo grande en la Ciudad tengo 10 ambulancias y como 100 técnicos voluntarios, con entrenamiento en manejo de situaciones con múltiples víctimas y organización del sistema de comando de incidente”, dije Yo presumiendo. 

La respuesta fue: “muy bien te voy a asignar la colonia de Morelos, tu te harás cargo de controlar la emergencia en esa zona”. 

Las características del sismo permitieron que no hubiera desgracias mayores en esa zona, una gran parte de los edificios colapsados ocurrieron en la zona sur de la ciudad, algunos cerca del “centro” pero ninguno en la zona de morelos. 

Conclusiones

Regresé a la cruda realidad cuando me enteré que en el edificio de la calle Escocia se rescató un cadáver. 

El terremoto del 19 de septiembre de 2017, provocó el derrumbe de 57 edificios, alrededor de las 200 víctimas mortales y más de 1400 heridos durante el sismo y otros tantos durante las labores de rescate. 

Mantuvimos el servicio durante 24 horas, ayudamos en 5 ubicaciones diferentes, atendimos víctimas y rescatistas, decidimos pasar a la reserva por la probabilidad de una “replica sísmica” importante, mejor tener personal fresco, pero afortunadamente nunca ocurrió.

Lecciones aprendidas

Una de las lecciones aprendidas fue la rapidez con que se saturan las líneas celulares y las aplicaciones de mensajería, por la gran cantidad de llamadas “para saber cómo estas” y los mensajes y fotografías de la situación. 

Definitivamente es bueno contar con una aplicación de mensajería que no se sature y permita mantener la comunicación durante el periodo de atención a la emergencia.  

Desde lo ocurrido, cada vez que imparto una conferencia o doy entrenamiento a legos y conocedores de gestión de emrgencias, una de las recomendaciones que siempre doy es: “solo usa el teléfono celular si estás en peligro. La llamada que no reciba el servicio de emergencia podría ser la de tu familiar más querido, que se encuentra atrapado, consciente y con un teléfono a la mano.” 

Dr. Armando Aguilar Hirata

Dr. Armando Aguilar Hirata, es especialista en protección civil y continuidad del negocio desde los años 90, cuenta con entrenamiento en Israel, España, Estados Unidos y México, entrena personal de servicios voluntarios de emergencia desde 1980. 
En mayo de 2021, el Congreso Legislativo de la Ciudad de México, lo galardonó con la “Medalla al Mérito en Protección Civil, por su empeño, valentía y dedicación.” 


Caso de estudio: 
Braskem Idesa Sapi

En 2017 se produjo un gran terremoto en la zona de Ciudad de México que, entre otras cosas, provocó que tanto las líneas telefónicas como los servicios de mensajería común se vieran sobrecargados. En consecuencia, a Braskem Idesa Sapi le resultaba casi imposible ponerse en contacto con sus empleados para saber cómo estaban. Como resultado, la empresa buscó una alternativa adecuada para alertar y localizar a sus empleados eligiendo finalmente FACT24 CIM.
Poco después, la solución demostró su eficacia durante otro terremoto, lo que llevó a Braskem Idesa Sapi a ampliar el uso de FACT24 CIM para su planta petroquímica de Veracruz.

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